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San Juan Bautista
miércoles, 27 de junio de 2012
Al Ritmo Del Tambor
Al Ritmo Del Tambor.
San Juan todo lo tiene...San Juan todo lo da!
El 24 de junio se caracteriza por ser el día más largo del año; es el día posterior al solsticio de verano. Y es en ésta ocasión cuando se celebra la fiesta de San Juan Bautista; celebración que evoca el nacimiento del santo y que reúne gran cantidad de creyentes y devotos.
Las fiestas de San Juan son famosas a lo largo del territorio nacional; son celebraciones llenas de magia y encanto, de tambor y baile…San Juan todo lo tiene, San Juan todo lo da.
Para esta fecha, en los estados con influencia africana como Aragua, Miranda, Vargas y parte de Carabobo, entre algunos de toda Venezuela, se celebra la colorida y tradicional fiesta de San Juan Bautista, en la que se realizan diversos actos religiosos y culturales en honor al santo, durante la medianoche, el amanecer y la noche de la celebración.
Las fiestas de San Juan son uno de los rituales mas importantes en lo que a cultura popular se refiere, por mezclar lo místico con lo profano. Están asociadas a la purificación del agua y fuego. Comienzan en la víspera del 24 y se extiende hasta el 25 de junio.Las actividades conmemorativas se inician desde la noche del 23; con los altares adornados se realiza el Velorio de San Juan al ritmo de los tambores durante una noche larga acompañada de ritmo y licor.
Al la mañana siguiente, bien temprano se prepara el santo para salir de donde pasó la noche sobre los brazos de su guardián, y es llevado a la iglesia acompañado de devotos y creyentes para recibir los honores de la solemne misa. La celebración de la misa generalmente es muy concurrida y emotiva, se dejan ver claramente las demostraciones de afecto y agradecimiento de los fieles hacia el santo.
Una vez finalizada la misa se siente de nuevo el repique de los tambores en honor a San Juan Bautista, los cuales son el inicio de una procesión por el pueblo. Durante el recorrido el santo va recibiendo dádivas y agradecimientos, y cada cierto tiempo la procesión se detiene para rendirle a San Juan homenajes a viva voz los cuales van acompañados de fervientes bailes al ritmo del tambor. Todos los participantes de la procesión llevan pañuelos de colores, los cuales agitan durante todo el recorrido como alabanza al santo. El destino de la procesión es la casa de donde salió inicialmente, donde se congregan todos para continuar la celebración entre tambores, bailes, bebidas y fuegos artificiales.
El 25 se da “El encierro de San Juan”, momento en el que los tambores descansan hasta la tarde cuando sea el momento de despedir al Santo. Llegado el momento, los guardianes lo sacan de la casa bailando y lo pasean por todo el pueblo, acompañado del sonar de los tambores y de la alegría de los devotos, hasta llegar a la iglesia. Una vez allí, acompañado por los golpes del tambor se introduce la imagen a la capilla. Las puertas se cierran y las campanas repican fuertemente como despedida del santo. Los fieles congregados en las afueras reciben dulces y caramelos.
Uno de los momentos más atractivos de toda la celebración es cuando ocurre “El robo del santo”, el cual consiste en que una vez introducido el santo en la iglesia y cuando ya se han cerrado las puertas del la misma, por un costado los cargadores sacan la imagen de San Juan Bautista y en compañía de los músicos se dirigen hasta la casa inicial de donde salió para tocar hasta el alba.
Existen algunas diferencias en relación a la salida del santo, a los bailes y a los sones dependiendo de la localidad y de las costumbres, pero en general la esencia es la misma.
Fiesta de San Juan en Aragua
En las costas del estado Aragua los pescadores de la zona realizan una procesión marítima del santo; con los peñeros coloridamente adornados realizan un emotivo recorrido que finaliza en Ocumare de la Costa. Aquí se reúnen todos los San Juanes de los pueblos aledaños y dan inicio a la celebración denominada el “encuentro de San Juanes”. En estas fiestas la música de golpe, el ritmo y el baile acompañan a los cantos que expresan devoción al santo; las letras por lo general son improvisaciones de la vida que evocan esperanza y amor.
Fiesta de San Juan en Miranda
En Curiepe se inician el 23 en la tarde con el denominado “abriendo boca”, lo que es el calentamiento de los tamboreros para el día siguiente. Durante la noche, al igual que en el Estado Aragua, los tambores suenan en la casa donde es venerada la imagen del santo, en lo que se conoce como el “Primer Velorio”. De igual forma los tambores también suenan en la calle, donde los creyentes bailan hasta el amanecer.
Los tambores se detienen la mañana del 24 para dar paso a la celebración de la santa misa en honor a San Juan. A esta las personas asisten tradicionalmente vestidas de rojo como muestra de alabanza al santo.
Así, con las influencias culturales de cada población, cada año los devotos de San Juan Bautista se unen a esta celebración con la esperanza de que el próximo año sea prospero en todo los aspectos, y que el santo les permita seguir reuniéndose cada 24 de junio.
San Juan Bautista En El Cristianismo.
Hijo del sacerdote Zacarías y de su esposa Isabel (Lucas 1:5), Juan el Bautista es considerado el precursor de Jesucristo.
Según Lucas 3:1-3, Juan comenzó a predicar y a bautizar en el desierto «el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba Judea, cuando Herodes era tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, en tiempo del sumo sacerdote Anás y Caifás».
Tiberio sucedió a Augusto el 19 de agosto del año 767 (año 13 d. C.) de la fundación de Roma. Lucas pudo contabilizar los años siguiendo el calendario sirio, que inicia el año 1 de octubre, o bien el calendario romano, que comienza en enero, por lo cual no sabemos si tuvo en cuenta el primer año de la sucesión. Así, la fecha aproximada del inicio de la actividad del Bautista estaría en torno al año 28 de nuestra era.
Juan Bautista se definió a sí mismo como «voz que clama en el desierto: "rectificad los caminos del Señor"» (Juan 1:23), con lo cual cumplía expresamente una profecía de Isaías (Mateo 3:1-4, Lucas 3:4-6, Isaías 40:3-5). Marcos 1:1-4 une a ésta el cumplimiento de otra profecía, de Malaquias 3:1. Esta misma misión general, cumplir unidas ambas profecías, vista como una, fue definida en general por los esenios para ellos mismos, según la Regla de la Comunidad (1QS VIII 13-14; 4Q259 III 3-6), encontrada entre los Manuscritos del Mar Muerto y datada entre los años 100 y 75 a. C. También la liturgia bautismal esenia (4Q14) pudo haber servido de inspiración a Juan.
Hijo del sacerdote Zacarías y de su esposa Isabel (Lucas 1:5), Juan el Bautista es considerado el precursor de Jesucristo.
Según Lucas 3:1-3, Juan comenzó a predicar y a bautizar en el desierto «el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba Judea, cuando Herodes era tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, en tiempo del sumo sacerdote Anás y Caifás».
Tiberio sucedió a Augusto el 19 de agosto del año 767 (año 13 d. C.) de la fundación de Roma. Lucas pudo contabilizar los años siguiendo el calendario sirio, que inicia el año 1 de octubre, o bien el calendario romano, que comienza en enero, por lo cual no sabemos si tuvo en cuenta el primer año de la sucesión. Así, la fecha aproximada del inicio de la actividad del Bautista estaría en torno al año 28 de nuestra era.
Juan Bautista se definió a sí mismo como «voz que clama en el desierto: "rectificad los caminos del Señor"» (Juan 1:23), con lo cual cumplía expresamente una profecía de Isaías (Mateo 3:1-4, Lucas 3:4-6, Isaías 40:3-5). Marcos 1:1-4 une a ésta el cumplimiento de otra profecía, de Malaquias 3:1. Esta misma misión general, cumplir unidas ambas profecías, vista como una, fue definida en general por los esenios para ellos mismos, según la Regla de la Comunidad (1QS VIII 13-14; 4Q259 III 3-6), encontrada entre los Manuscritos del Mar Muerto y datada entre los años 100 y 75 a. C. También la liturgia bautismal esenia (4Q14) pudo haber servido de inspiración a Juan.
La diferencia entre el ministerio general de los esenios
y el de Juan estriba en que aquellos enfatizaban en el estudio de la Ley, y en
general de las Escrituras, y Juan en la predicación y bautismo para la
conversión del pueblo. Según los Evangelios, bautizó también a Jesús en el río
Jordán (Lucas 3:21-22, Marcos 1:9-11)y lo reconoció como Mesías (Juan 1:25-34,
Mateo 3:13-17). Ese momento supuso el inicio de la actividad mesiánica de
Jesús. Algunos autores señalan que sería más bien el arresto de Juan por parte
de Herodes Antipas el comienzo de la vida pública de Jesús (Marcos 1:14).
Poco después (antes de la muerte de Jesús hacia el 30),
fue encarcelado y decapitado por orden de Herodes Antipas en la fortaleza de
Maqueronte. Este dato es mencionado tanto por Flavio Josefo (Ant., XVIII, v, 2)
como por los Evangelios de Marcos 6:16-29 y Mateo 14:3-12.
Juan dudó de Jesucristo a pesar de haberlo reconocido
como el Cordero de Dios, pero estando en la cárcel envió mensajeros para
asegurarse de que Jesús era realmente el Mesías esperado, Mateo 11:2-4 "Y
al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus
discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos
a otro? Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que
oís y veis". Juan el Bautista es considerado por Jesús como el más grande
entre los hombres, aunque el más chico en el reino de los cielos es mayor que
él, Mateo 11:11 "De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha
levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de
los cielos, mayor es que él".
La Iglesia católica celebra su fiesta principal el 24 de
junio (seis meses antes de Navidad, ya que el Evangelio cuenta que su madre
Isabel estaba de seis meses cuando el ángel anunció a la prima de ésta, María,
que sería madre del Mesías). El 29 de agosto se conmemora su decapitación
(Degollación de san Juan Bautista).
San Juan Bautista es uno de los santos más celebrados de
Europa, siendo patrón de Florencia, Badajoz, Chiclana de la Frontera, Albacete,
Telde y Arucas en Gran Canaria y Puerto Rico, además de serlo de los monjes
Cartujos y de la Orden de Malta. La noche del 23 de junio (víspera del día de
su fiesta) se realizan las famosas hogueras de san Juan, entre las que destacan
las de Alicante declarada de Interés Turístico Internacional y las de La
Coruña, declarada ésta de Interés Turístico Nacional.
Según Lucas (1:59-60)
Isabel y Zacarías circuncidaron a su hijo a los ocho días siguiendo el precepto
que Yavé mandara a Abrahán (Gén 17, 11-12). Los sacerdotes católicos
practicarían el rito del bautismo siguiendo el prototipo de Juan el Bautista,
aunque sin aplicar el mandato de Yavé de la circuncisión. También, según Mateo
(3:6), las gentes confesaban a Juan sus pecados y Juan las bautizaba mientras
en el rito católico el bautismo y la confesión son independientes.
Nacimiento de San Juan Bautista
San Juan Bautista nació seis meses antes de Jesucristo (de hoy en seis
meses - el 24 de diciembre - estaremos celebrando el nacimiento de nuestro
Redentor, Jesús).
El capítulo primero del evangelio de San Lucas nos cuenta de la siguiente
manera el nacimiento de Juan: Zacarías era un sacerdote judío que estaba casado
con Santa Isabel, y no tenían hijos porque ella era estéril. Siendo ya viejos,
un día cuando estaba él en el Templo, se le apareció un ángel de pie a la
derecha del altar.
Al verlo se asustó, mas el ángel le dijo: "No tengas miedo, Zacarías;
pues vengo a decirte que tú verás al Mesías, y que tu mujer va a tener un hijo,
que será su precursor, a quien pondrás por nombre Juan. No beberá vino ni cosa
que pueda embriagar y ya desde el vientre de su madre será lleno del Espíritu
Santo, y convertirá a muchos para Dios".
Pero Zacarías respondió al ángel: "¿Cómo podré asegurarme que eso es
verdad, pues mi mujer ya es vieja y yo también?".
El ángel le dijo: "Yo soy Gabriel, que asisto al trono de Dios, de
quien he sido enviado a traerte esta nueva. Mas por cuanto tú no has dado
crédito a mis palabras, quedarás mudo y no volverás a hablar hasta que todo
esto se cumpla".
Seis meses después, el mismo ángel se apareció a la Santísima Virgen
comunicándole que iba a ser Madre del Hijo de Dios, y también le dio la noticia
del embarazo de su prima Isabel.
Llena de gozo corrió a ponerse a disposición de su prima para ayudarle en
aquellos momentos. Y habiendo entrado en su casa la saludó. En aquel momento,
el niño Juan saltó de alegría en el vientre de su madre, porque acababa de
recibir la gracia del Espíritu Santo al contacto del Hijo de Dios que estaba en
el vientre de la Virgen.
También Santa Isabel se sintió llena del Espíritu Santo y, con espíritu
profético, exclamó: "Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es
el fruto de tu vientre. ¿De dónde me viene a mí tanta dicha de que la Madre de
mi Señor venga a verme? Pues en ese instante que la voz de tu salutación llegó
a mis oídos, la criatura que hay en mi vientre se puso a dar saltos de júbilo.
¡Oh, bienaventurada eres Tú que has creído! Porque sin falta se cumplirán todas
las cosas que se te han dicho de parte del Señor". Y permaneció la Virgen
en casa de su prima aproximadamente tres meses; hasta que nació San Juan.
De la infancia de San Juan nada sabemos. Tal vez, siendo aún un muchacho y
huérfano de padres, huyó al desierto lleno del Espíritu de Dios porque el
contacto con la naturaleza le acercaba más a Dios. Vivió toda su juventud
dedicado nada más a la penitencia y a la oración.
Como vestido sólo llevaba una piel de camello, y como alimento, aquello que
la Providencia pusiera a su alcance: frutas silvestres, raíces, y
principalmente langostas y miel silvestre. Solamente le preocupaba el Reino de
Dios.
Cuando Juan tenía más o menos treinta años, se fue a la ribera del Jordán,
conducido por el Espíritu Santo, para predicar un bautismo de penitencia.
Juan no conocía a Jesús; pero el Espíritu Santo le dijo que le vería en el
Jordán, y le dio esta señal para que lo reconociera: "Aquel sobre quien
vieres que me poso en forma de paloma, Ese es".
Habiendo llegado al Jordán, se puso a predicar a las gentes diciéndoles:
Haced frutos dignos de penitencia y no estéis confiados diciendo: Tenemos por
padre a Abraham, porque yo os aseguro que Dios es capaz de hacer nacer de estas
piedras hijos de Abraham. Mirad que ya está el hacha puesta a la raíz de los
árboles, y todo árbol que no dé buen fruto, será cortado y arrojado al
fuego".
Y las gentes le preguntaron: "¿Qué es lo que debemos hacer?". Y
contestaba: "El que tenga dos túnicas que reparta con quien no tenga
ninguna; y el que tenga alimentos que haga lo mismo"…
"Yo a la verdad os bautizo con agua para moveros a la penitencia; pero
el que ha de venir después de mí es más poderoso que yo, y yo no soy digno ni
siquiera de soltar la correa de sus sandalias. El es el que ha de bautizaros en
el Espíritu Santo…"
Los judíos empezaron a sospechar si el era el Cristo que tenía que venir y
enviaron a unos sacerdotes a preguntarle "¿Tu quién eres?" El confesó
claramente: "Yo no soy el Cristo" Insistieron: "¿Pues cómo
bautizas?" Respondió Juan, diciendo: "Yo bautizo con agua, pero en
medio de vosotros está Uno a quien vosotros no conocéis. El es el que ha de
venir después de mí…"
Por este tiempo vino Jesús de Galilea al Jordán en busca de Juan para ser
bautizado. Juan se resistía a ello diciendo: "¡Yo debo ser bautizado por
Ti y Tú vienes a mí! A lo cual respondió Jesús, diciendo: "Déjame hacer
esto ahora, así es como conviene que nosotros cumplamos toda justicia".
Entonces Juan condescendió con El.
Habiendo sido bautizado Jesús, al momento de salir del agua, y mientras
hacía oración, se abrieron los cielos y se vio al Espíritu de Dios que bajaba
en forma de paloma y permaneció sobre El. Y en aquel momento se oyó una voz del
cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo todas mis
complacencias".
Al día siguiente vio Juan a Jesús que venía a su encuentro, y al verlo dijo
a los que estaban con él: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado
del mundo. Este es aquél de quien yo os dije: Detrás de mí vendrá un varón, que
se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo".
Entonces Juan atestiguó, diciendo: "He visto al Espíritu en forma de
paloma descender del cielo y posarse sobre El. Yo no le conocía, pero el que me
envió a bautizar con agua, me dijo: Aquél sobre quien vieres que baja el
Espíritu Santo y posa sobre El, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu
Santo. Yo lo he visto, y por eso doy testimonio de que El es el Hijo de
Dios".
Herodías era la mujer de Filipo, hermano de Herodes. Herodías se divorció
de su esposo y se casó con Herodes, y entonces Juan fue con él y le recriminó
diciendo: "No te es lícito tener por mujer a la que es de tu
hermano"; y le echaba en cara las cosas malas que había hecho.
Entonces Herodes, instigado por la adúltera, mandó gente hasta el Jordán
para traerlo preso, queriendo matarle, mas no se atrevió sabiendo que era
hombre justo y santo, y le protegía, pues estaba muy perplejo y preocupado por
lo que le decía.
Herodías le odiaba a muerte y sólo deseaba encontrar la ocasión de quitarlo
de en medio, pues tal vez temía que a Herodes le remordiera la conciencia y la
despidiera siguiendo el consejo de Juan.
Sin comprenderlo, ella iba a ser la ocasión del primer mártir que murió en
defensa de la indisolubilidad del matrimonio y en contra del divorcio.
Estando Juan en la cárcel y viendo que algunos de sus discípulos tenían
dudas respecto a Jesús, los mandó a El para que El mismo los fortaleciera en la
fe.
Llegando donde El estaba, le preguntaron diciendo: "Juan el Bautista
nos ha enviado a Ti a preguntarte si eres Tú el que tenía que venir, o
esperamos a otro".
En aquel momento curó Jesús a muchos enfermos. Y, respondiendo, les dijo:
"Id y contad a Juan las cosas que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los
cojos andan, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les
anuncia el Evangelio…"
Así que fueron los discípulos de Juan, empezó Jesús a decir: "¿Qué
salisteis a ver en el desierto? ¿Alguna caña sacudida por el viento? o ¿Qué
salisteis a ver? ¿Algún profeta? Si, ciertamente, Yo os lo aseguro; y más que
un profeta. Pues de El es de quien está escrito: Mira que yo te envío mi
mensajero delante de Ti para que te prepare el camino. Por tanto os digo: Entre
los nacidos de mujer, nadie ha sido mayor que Juan el Bautista…"
Llegó el cumpleaños de Herodes y celebró un gran banquete, invitando a
muchos personajes importantes. Y al final del banquete entró la hija de
Herodías y bailó en presencia de todos, de forma que agradó mucho a los
invitados y principalmente al propio Herodes.
Entonces el rey juró a la muchacha: "Pídeme lo que quieras y te lo
daré, aunque sea la mitad de mi reino".
Ella salió fuera y preguntó a su madre: "¿Qué le pediré?" La
adúltera, que vio la ocasión de conseguir al rey lo que tanto ansiaba, le
contestó: "Pídele la cabeza de Juan el Bautista". La muchacha entró
de nuevo y en seguida dijo al rey: "Quiero que me des ahora mismo en una
bandeja la cabeza de Juan el Bautista".
Entonces se dio cuenta el rey de su error, y se pudo muy triste porque
temía matar al Bautista; pero a causa del juramento, no quiso desairarla, y,
llamando a su guardia personal, ordenó que fuesen a la cárcel, lo decapitasen y
le entregaran a la muchacha la cabeza de Juan en la forma que ella lo había
solicitado.
Juan Bautista: pídele a Jesús que nos envíe muchos profetas y santos como
tú.
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